Hay días que me asaltan las dudas si estoy en en el camino correcto, hasta que recuerdo que no hay un camino correcto. Soy yo quién decide a dónde quiero ir y cómo llegar ahí. Así que dejo la normalidad atrás y me concentro en mis propios objetivos. Porque ser diferente es perfectamente normal.
Me gusta la palabra sencillez y el indescriptible arte que se adquiere para reconocerla y poder interpretarla. Disfrutar de momentos sencillos, rodearse de emociones sencillas, elaborar platos con materias primas sencillas, degustar de manera sencilla, volver sencillo todo aquello que se torna complejo, elucubrado, manipulado, estereotipado, exigido, inalcanzable, excesivo, deformado por las modas, desquiciado por la avidez, innecesario a golpes de materialismo compulsivo……
He aprendido que la gente olvidará lo que dijiste, olvidará lo que hiciste. Pero nunca olvidará cómo les hiciste sentir.