miércoles, 29 de octubre de 2014

Lo correcto

Hay días que me asaltan las dudas si estoy en en el camino correcto, hasta que recuerdo que no hay un camino correcto. Soy yo quién decide a dónde quiero ir y cómo llegar ahí. Así que dejo la normalidad atrás y me concentro en mis propios objetivos. Porque ser diferente es perfectamente normal.

Me gusta la palabra sencillez y el indescriptible arte que se adquiere para reconocerla y poder interpretarla. Disfrutar de momentos sencillos, rodearse de emociones sencillas, elaborar platos con materias primas sencillas, degustar de manera sencilla, volver sencillo todo aquello que se torna complejo, elucubrado, manipulado, estereotipado, exigido, inalcanzable, excesivo, deformado por las modas, desquiciado por la avidez, innecesario a golpes de materialismo compulsivo……

He aprendido que cada vez que decido algo con el corazón abierto, normalmente tomo la decisión correcta.

He aprendido que la gente olvidará lo que dijiste, olvidará lo que hiciste. Pero nunca olvidará cómo les hiciste sentir.

lunes, 27 de octubre de 2014

MIEDO

El miedo es útil, es supervivencia, nos ayuda a saber qué cosas son demasiado arriesgadas para nuestra integridad física. El problema es el miedo innecesario, y por tanto el sufrimiento innecesario, es el que creamos dentro de nuestras cabecitas, el del razonamiento. Y es que pensar, en este caso, es letal. Ahí está el peligro.
Es el miedo que limita nuestra libertad personal, el pavor a que nos juzguen los nuestros por lo que queremos hacer, el temor a ser apartados del grupo, el miedo a fracasar, a perder, a hacer el ridículo, entre otras cosas, y es fruto de lo que nos contamos, lo que prevemos, lo que visualizamos antes de que ocurra. Un cocktail perfecto para la ansiedad, para no vivir tranquilos en el presente, ocupados como estamos visualizando las futuras consecuencias nefastas de nuestras decisiones.
¿Qué es lo peor que me puede pasar? Esta es una buena pregunta-amuleto. Si la interiorizas funciona en piloto automático. La respuesta a esta pregunta casi nunca es catastrófica. Y aunque a veces lo es, no es nada comparado con lo mejor que me puede pasar. Sin riesgo no hay belleza, y lo peor que nos puede pasar es no intentarlo… por miedo.