Día de los difuntos
Pero al fin de la noche, cuando las campanas y la primera luz del alba les dicen adiós, algunos muertos se hacen los vivos y se esconden en las enramadas y entre las tumbas del camposanto. Entonces la gente los corre a escobazos: ya vete de una vez, ya déjanos en paz, no queremos verte hasta el año que viene.
Es que los difuntos son muy quedados.
En Haití, una antigua tradición prohíbe llevar el ataúd en línea recta al cementerio. El cortejo lo conduce en zig-zag y dando muchas vueltas, por aquí, por allá y otra vez por aquí, para despistar al difunto y que yo no pueda encontrar el camino de regreso a casa.
En Haití, como en todas partes, los muertos son muchísimos más que los vivos.
La minoría viviente se defiende como puede.
Eduardo Galeano
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